Se están cumpliendo 4 años y medio desde que el Instituto del Seguro Social (ISS), que tanto bien le hizo al país, empezó a liquidarse y ahora solo queda una pequeña oficina administrativa donde se paga a cada jubilado lo que le corresponde por su pensión.
Todo esto por los resultados obtenidos a través del informe del COMPES a principios del 2007 en cuanto a la realidad financiera y al cumplimiento del servicio de la EPS del ISS, donde se dejaba claro que no era viable para el Estado seguirla soteniendo economicamente. Es así que se desata una gran polémica cuando el Gobierno del ex-presidente Alvaro Uribe decide liquidar los servicios de salud del ISS, que para esa época, marzo de 2007, atendía a más de 3 millones de afiliados; las razones? problemas financieros, sin embargo el mismo Estado era el principal deudor del ISS. Es así como el Gobierno decidió que en un plazo no mayor a 6 meses, los afiliados, fueran cotizantes o beneficiarios, deberían pasar a otra entidad, en la que el Estado tendría propiedad del 50% y el resto de las acciones pertenecerían al gremio privado.
De esta manera y en medio del afán, se constituye la NUEVA EPS como una Entidad Promotora de Salud (EPS) dentro del régimen contributivo, con la finalidad de garantizar la cobertura y la continuidad de la prestación de los servicios derivados del Plan obligatorio de Salud (POS) para todos los afiliados que quedarían desamparados ante la liquidación del ISS y que de forma automática serían amparados por la NUEVA EPS, dentro de un marco de calidad, eficiencia y compromiso.
Sin embargo, el comienzo fue tan traumático para la recien nacida NUEVA EPS, que en el primer mes y medio, 93.000 afiliados se desvincularon de esta propuesta dada por el Gobierno y buscaron diferentes EPS privadas que ya habían surgido a partir de la ley 100 de 1993