La pensión sigue siendo una ilusión para la gran mayoría de los trabajadores colombianos, a pesar de todas las vueltas que se le ha dado al sistema pensional.
De los más de 23 millones que constituían, a finales del 2011, la población económicamente activa, 16,4 millones estaban afiliados a alguno de los dos regímenes(prima media y fondos privados), pero más de 10,3 millones no habían cotizado en los últimos seis meses. Solo 6,2 millones -escaso 27 por ciento de la fuerza de trabajo- estaban aportando para su vejez.
Por otra parte, según cifras del Ministerio del Trabajo, existen 8,8 millones de trabajadores entre informales e independientes, que no alcanzan a percibir un ingreso equivalente al salario mínimo, por lo que no pueden cotizar.
Ellos corren el riesgo de nunca lograr una pensión, al igual que otros millones de cotizantes de los dos sistemas que, por inestabilidad laboral y baja remuneración, no podrán completar las semanas o reunir el capital exigido para tener derecho a, por lo menos, una mesada del mínimo.
Por lo tanto, la buena noticia es que hay millones de colombianos para los que habría una ayuda combine ahorro y subsidios, ya que el Gobierno Nacional ha decidido apostarle a un sistema de protección a la vejez para esa población en riesgo.
El plan del ministro del Trabajo, Rafael Pardo, incluye entregarles auxilios a 1,8 millones de personas mayores de 65 años, clasificadas en los niveles I y II del Sisbén (los pobres entre los pobres), con lo cual cubriría a las 2,6 millones contabilizadas.
También desarrollará el programa de Beneficios Económicos Periódicos (BEP) para los 8,8 millones de trabajadores con ingresos por debajo de un salario mínimo, hoy excluidos del sistema pensional, y para una buena porción de los más de 9 millones de afiliados inactivos que, según calculos del Ejecutivo, pueden llegar al retiro del mercado laboral sin haber podido pensionarse.
Vale anotar que, entre el 2004 y el 2010, el Seguro Social hizo 202.746 devoluciones de saldos por 606.756 millones de pesos y los fondos devolvieron más de un billón de pesos en el mismo periodo.
Ese ahorro es clave para recibir los BEP, que serán mesadas inferiores al salario mínimo y que, por lo tanto, no se pueden llamar pensión, aunque se le parezcan.
Tanto quienes no alcancen pensión real y vayan con sus ahorros a Colpensiones, como los informales que hayan hecho ahorros para su vejez en la entidad, podrán recibir, al retirarse, ese ingreso, que tendrá un incentivo o subsidio como estímulo a su esfuerzo.
Este incentivo o subsidio se financiará con cargo al Fondo de Solidaridad Pensional, que se nutre con el 1 por ciento del ingreso base de cotización aportado por los trabajadores que ganan más de cuatro salarios mínimos; hoy, en ese fondo hay 2,5 billones de pesos.
Además, se estimulará a los trabajadores del programa BEP con la contratación de seguros por riesgos de invalidez y muerte del ahorrador, cuya prima asumirá el Fondo de Riesgos Profesionales.